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  • Foto del escritorDr. Goodfellow

TRIÁNGULOS

El triángulo es una figura geométrica que consta de tres lados y, como su propio nombre indica, de tres ángulos. Cualquiera que lo haya intentado sabrá que es tarea imposible dibujar uno que teniendo tres lados no tenga igual número de ángulos. A no ser que, en lugar de limitarnos a las dos dimensiones de la hoja de papel, demos un salto tridimensional, en cuyo caso el triángulo se convertiría en una pirámide y, de este modo, nos adentraríamos en el complejo mundo de los poliedros.


Volviendo al tema que nos ocupa, si es que nos ocupa algún tema, atendiendo a la longitud de sus lados encontramos tres tipos de triángulos bien diferenciados. En primer lugar, todo triángulo que tenga dos lados iguales (huelga decir que el tercer lado es diferente) recibe el nombre de isósceles. Por su forma peculiar, este tipo de triángulo se presta a ser utilizado como sombrero o señal de tráfico. Destaca pues, principalmente, por su utilidad.


El segundo tipo, el escaleno, es aquel en el que ninguno de sus lados tiene la misma longitud, razón por la cual podría considerarse el más injusto de los tres tipos. Los hay de formas y tamaños diversos, aunque, si exceptuamos al triángulo rectángulo, que es un caso peculiar entre los escalenos, sus formas, producto de la desigualdad de sus lados, tienden a resultar amorfas y de escasa utilidad. En cuanto al triángulo conocido como rectángulo, conviene que el lector repare en la particularidad de que es el único que recibe al mismo tiempo el nombre de dos figuras geométricas. Esto es debido a que dos de sus lados forman un ángulo de noventa grados, con lo que da la sensación de ser el resultado de haber cortado limpiamente un rectángulo por la mitad. No puedo evitar que esto me provoque cierta sensación de tristeza, ya que me imagino que espera paciente a encontrar su media naranja o, mejor dicho, su medio triángulo a fin de completar una figura de mayor rango y vivir así una vida feliz de cuadrado alargado que ejerce de puerta de entrada o salida, según conveniencia, o de cajón en el que guardar la ropa limpia o la agenda de teléfonos.


El último tipo de triángulo es el equilátero, sin duda, el más igualitario de todos, al ser sus tres lados producto de un reparto equitativo. Es decir, los tres tienen la misma longitud. Esto da también como resultado tres ángulos idénticos de sesenta grados. Cuando lo colocamos frente a un espejo, forma un rombo diamantino con su reflejo; y, si con ayuda de un compás le trazamos un círculo alrededor, además del triángulo equilátero, nos quedan tres gajos de igual tamaño que parecen salidos, mismamente, de un limón o de una naranja. En el Arte Sacro, el equilátero ha sido utilizado con frecuencia para representar a Dios insertándole el dibujo de un ojo abierto. En cualquier caso, conviene recordar que este tipo de triángulo tiende al reparto justo. Algo que, a tenor de lo visto y pese a la coincidencia de forma, a Dios no parece dársele demasiado bien.


Manuel Valderrama Donaire



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